domingo, 2 de diciembre de 2007

Rumbo a Venezuela [Santa Marta y Maicao, Colombia, agosto/2007]

Maicao, La Guajira/ Colombia
Exactamente, desde la ventana del apartamento de mi hermano me pregunto como descubrir la magia de un lugar que lo tiene todo: la convergencia de 4 culturas, el colorido y riqueza de los wayu, la mezquita mas grande del continente, la pobreza y paradoja de la abundancia a 10 minutos de frontera, el machismo y la corrupcion a flor de piel, las esperanzas de los mismos, la parranda, el ritual, la arena del desierto y una amiga, una amiga de corazon...

Ella es Ingrid Sugeis Rios (en resumen Ingrid o como yo le digo (la version descomprimida): Ingrid Alma Gemela Nojone!). Con ella tuve la oportunidad de vivir durante 6 meses en uno de las experiencias mas impactantes de mi vida. 6 anos despues nos reencontramos... La acompana su mama, pero ahora vive con su esposo y su hijo. En este lugar las mujeres se casan jovenes, tal vez porque sienten que no tienen nada mas que esperar. Ella, como siempre sonrie y emprende el largo camino de su nuevo matrimonio. Espera un segundo hijo... Ingrid tiene mas de 30 hermanos, casi todos hijos de diferentes madres.

Lo que encanta: la senora que aparece en la foto con su atuendo wayu no es su madre. Es simplemente la senora que ocupo su lugar despues de la muerte de su madre biologica. Desde entonces ella es su mayor tesoro.
Por eso y por mas, yo las admiro. Las admiro a las dos.

Su primer hijo...

Escena tipica del comercio en Maicao. Este es el lugar donde todo pasa. Los nombres propios de la cultura, el calor, la gente que va y viene... Maicao es y ha sido desde siempre el epicentro comercial de La Guajira. Tambien, es el lugar donde el contrabando en Colombia ha encontrado su cuna. Aqui pueden leer la letra del Almirante Padilla, un famoso vallenato del Maestro Escalona que narra como el contrabando en verdad hace parte de la historia de La Guajira.

No soportamos el calor... Sarah y yo compramos chancletas, siguiendo los pasos de Ingrid. Mucho nos espera por delante... Mucho calor y mucho por andar.

Ingrid y yo en el mercado buscando las chancletas...

Sarah lo vio y no pudo evitar sonreir y tomar una foto. Esta es de su camara y con esto les presento el tipico Mototaxi, que existe en casi todos los pueblitos del pais como una excelente alternativa de transporte (claro que este es mas sofisticado... tiene todo un programa de servicio al cliente incorporado-jaja).

Pues bien, Sarah no quiso atreverse en Maicao, pero luego me entere de que lo hizo en Amazonas! Bienvenida pues a la experiencia Mototaxi! Yo por ignorante ya tengo mi recuerdito en la pierna derecha jaja Al mejor estilo del turista: souvenirs al 100% jaja

Una de las tantas casas via la frontera. Los ultimos signos vitales de colombianos y guajiros antes de pasar la delgada linea que nos separa...

"Por la sombrita!" No hay trabajo que valga!!


Realmente, hay migracion hacia el vecino pais... La Republica Bolivariana de Venezuela recibe con cautela aquellos colombianos que por alguna razon han decidido viajar. La mayoria hace compras y se devuelve. Simplemente, se trata de aprovechar que el bolivar esta regalado! Muchos reenvenden en Colombia, otros simplemente compran lo que siempre han querido a precios increibles... La compra solo dura unas horitas.


Estamos a 15 minutos de Maicao y en unas aproximadas dos horas y media (contando el tedio de migraciones a plena luz del medio dia) estaremos en Maracaibo, una de las principales ciudades de Venezuela (Aqui para los que se ubican mejor con mapa) . Empiezo a hacer la sofocante fila para ingresar. A Sarah la miran de arriba a abajo por ser "catire" , la miran mal porque la creen gringa. A mi me ponen problema dizque por ser Javeriana. "Los gomelos no viajan por tierra." Yo me rio mientras el tipo sospecha que quiza estoy secuestrando a la pobre alemana (jaja). Bueno, asi fue mi primera vez pasando una frontera por via terrestre. Adelante, me esperan muchas lineas mas y otros milagroso reencuentros.

Vamos Venezuela! Ya vamos!
Me despido de Colombia por La Guajira...
Ya no cuento los kilometros que he andado, ni los que me faltan por andar.


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